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- Acercándonos más hacia el extremo sur, la geografía es un impedimento, pero a la vez permite crear festivales que en otras circunstancias resultaría utópico escuchar. Es el caso de los Festivales Bosque Mágico y Fitich, este último caracterizado por girar por localidades de la isla de Chiloé. Según Gabriela Recabarren, su creadora, luego de mucho itinerar por Latinoamérica y de visitar un festival que se realizaba en la selva amazónica en el Perú con muy pocos recursos y mucha voluntad de la gente de la comunidad, pensó que se podía hacer una actividad como ésa. Al llegar a Chiloé comenzó la idea de hacer algo similar: “El Fitich es el hijo que más demanda tiempo. El festival nació con el apoyo de los aportes locales: los artistas se alojaban en casa de los lugares de la isla donde se presentaban, las comidas también eran voluntad de la gente que presenciaba el festival. Después, con el tiempo empezó a sumarse el apoyo de la autoridad local, empezó a tener más conciencia. Falta, eso sí, presencia de las autoridades a nivel central con este tipo de proyectos que se realizan en regiones…”
- Ver Revista 15 años de teatro chileno.pdf